Salimos de Madrid con retraso y el medio susto de casi habernos quedado en tierra por un problema con el ESTA y el pasaporte, pero finalmente todo salió bien.
Ocho horas de vuelo y llegada sin sobresaltos a Nueva York. Recoger el coche, tras probar en varios maleteros para que nos entraran las ocho maletas. Finalmente un Ford Edge nos sirve y ponemos rumbo a Boston.
Paramos en el camino para cenar porque estamos muy cansados como para aguantar hasta el destino. Un restaurante típico americano que nos deja bastante satisfechos.
Finalmente llegamos a Boston a las 10 de la noche. Check-in y a dormir. No tenemos fuerzas para más.
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