Es muy curiosa la historia de este lugar, que recomiendo leer. Sin duda una parada obligada si pasas por Tokyo.
Barriles de sake |
Casa de té |
Justo al salir del templo, vimos que había un Cat Café, y como nunca habíamos estado en uno, decidimos entrar. Decir que la experiencia no fue lo que esperábamos, además de algo cara para lo que es. Pero bueno, por circunstanciaras nos salió gratis y fue graciosa.
Y muy cerquita estaba otro punto destacado que hay que visitar de Tokyo, sobre todo si eres un poco friki, Takeshita-dori, una calle llena de gente y tiendas a cual más pintoresca. Aunque lo más llamativo está en la propia calle, con la forma de vestir de algunos japoneses.
Las famosas patatas Calbee recién hechas |
En Tokyo (y creo que en Japón en general) hay tantísimos restaurantes, que es difícil que alguno destaque sobre los demás. Allí no se lleva mucho Tripadvisor y casi siempre comíamos o cenábamos donde nos llamaba la atención a nuestro paso. Pero uno de los pocos sitios que sí llevábamos apuntado era Gyoza Lou. Un pequeño local con una barra en el medio, famoso por sus gyozas. Y lo cierto es que no nos equivocamos.
Se hizo de noche y pudimos ver las luces navideñas de la calle Omotesando, de donde destaco la tienda Kiddy Land si quieres comprar muñequitos.
Seguimos con la ruta y en metro nos acercamos a la Tokio Tower, inspirada en la Torre Eiffel.
Una visita que os podéis ahorrar. Tampoco tiene mucho misterio.
Y como era la última noche en Tokyo, decidimos volver a Akihabara para cenar y terminar de fundir la tarjeta de crédito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario